Debajo de su olmo,
están todas sus hojas.
Él las mira caídas,
ellas le ven la gloria
azul con nubes blancas
que es ahora su copa.
¡Allí ariba rieron
con los pájaros todas!
(Hoy las ardillas grises
las entresaltan locas.)
No las quemo, las dejo
que se entren gustosas
en la tierra, que es
el mantén de sus bocas,
para que a las raíces
les den sus almas rojas;
las raíces que fueron
sus hondas formadoras.
¡Ojalá no se pierda
una, una sola, sola!
¡Ojalá otra vez sean
todas verdes cantoras!
¡Ojalá todas vuelvan
a la gloria de su copa,
ojalá todas tengan
en su copa su gloria!
Poema de Juan Ramón Jiménez.
Fotografías: Google Imágenes.