sábado, 24 de marzo de 2007

La Luz de la Luna Iba Nevando...

La Estrella del Pastor

Cállate, por Dios, que tú
no vas a saber decírmelo;
deja que abran todos mis
sueños y todos mis lirios.

Mi corazón oye bien
la letra de tu cariño...
El agua lo va contando
entre las flores del río;

lo va soñando la niebla,
lo están llorando los pinos,
y la luna rosa y el
corazón de tu molino...

No apagues, por Dios, la luz
que arde dentro de mí mismo...
Cállate, por Dios, que tú
no vas a saber decírmelo...


Andábamos, monte arriba,
bañados de luna... Tú
me diste -Blanca, ¿te acuerdas?-
un ramo de almoraduj.

¡Qué pálida era tu mano
mate en la penumbra azul!
¡Como miraban tus ojos!
¡Oh! ¡Como estabas...!


La luz
de la luna iba nevando
por los montes negros sus
tristezas de lirios blancos,
no tan blancos como tú...

¡Blanca, Blanca! Tu me abriste
la flor de tu juventud,
bien sé que por mí tú habrías
clavado a Cristo en la Cruz.

Bien sé que me dabas todo,
tu vida, tu muerte, tu...
Bien sé que por mí te hubieras
tendido en un ataúd...

...Blanca, quién pudiera darte
todo el corazón en un
rayo de luna, en un ramo
fragante de almoraduj...

Juan Ramón Jiménez

1 comentario:

Hipatia dijo...

Querido Epicuro:
la luna iba nevando... ¡una metáfora impresionante...!
Alabo tu buen gusto, que coincide con lo poetas del 27.
Saludos bañados con luz de luna.