
... los que por propósitos desesperados
Habían extirpado la piedad de cuajo, se alegraron
De este nuevo adversario. Los tiranos, fuertes antes
En pérfidas proclamas, eran fuertes cual diablos ahora;
Y así, con enemigos acosándolo por todos lados,
El país enloqueció; los crímenes de unos pocos
Se volvieron el delirio de millares; torbellinos del infierno
Llegaban santificados como aire de los Cielos.
William Wordsword
El preludio, 1805
Habían extirpado la piedad de cuajo, se alegraron
De este nuevo adversario. Los tiranos, fuertes antes
En pérfidas proclamas, eran fuertes cual diablos ahora;
Y así, con enemigos acosándolo por todos lados,
El país enloqueció; los crímenes de unos pocos
Se volvieron el delirio de millares; torbellinos del infierno
Llegaban santificados como aire de los Cielos.
William Wordsword
El preludio, 1805
1 comentario:
La naturaleza humana al desnudo. ¿Cómo es posible que por el balcón de nuestra alma asome tanto odio?
Un post precioso, Epicuro.
Un montón de besos desde la Enterprise, en misión de exploración.
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