jueves, 19 de abril de 2007

Al otro lado de las montañas




"Alguien dijo que había ciudades para soñar
al otro lado de las montañas.
No dijo si estaban suspendidas en el aire,
sumergidas en las lagunas,
o perdidas en el corazón del bosque.
Los que allá fueron nada encontraron,
ni altas torres ni jardines
ni mujeres hilando en el atrio,
ni un muchacho aprendiendo a tocar la gaita.
Solo yo traje algo para seguir soñando
algo visto y no visto en la niebla de la mañana,
algo que era una flor o un mirlo de oro
o un pie descalzo de mujer,
un sueño de otro que se ponía
a dormir en mí,
echado en mis ojos
pidiéndome que lo soñase más allá de las montañas,
donde no hay ciudades para soñar.
Y ahora mi oficio es soñar, y no sé
si soy yo quien sueño, o es que por mí sueñan
campos, miradas azules, palomas que juegan con un niño,
o una mano pequeña y fría que me acaricia el corazón."

Álvaro Cunqueiro

Fotografía de Galatea: Lagos de Covadonga.

2 comentarios:

Hipatia dijo...

Las montañas sumergidas en la laguna y los pájaros, soñados sobre su espejo...
Has elegido un poema precioso, Epicuro.
Muchas gracias.
Saludos desde la Enterprise.

fractal dijo...

Las miradas azules ejercen sobre mi una influencia casi mágica...
¡tal es la mirada de mi hija, azul casi gris!

Te debía la vista, Epicuro. No había dejado comentario, pero si leído los poemas publicados.
El que publicas en este post es magnífico.

Feliz domingo!